domingo, 26 de agosto de 2012

Viadós, enclave paisajístico y etnográfico

Bordas de Viadós desde el refugio del mismo nombre

Tras una bacheada pista de unos diez kilómetros que parten poco más arriba de San Juan de Plan, en paralelo a un río Cinqueta rebosante en pleno deshielo primaveral, llegamos a Viados.
Nos hallamos ante una doble perspectiva: la de un enclave con una notable calidad paisajística por un lado, y la humanización del medio y el admirable aprovechamiento del espacio en abancalamientos por otro.
Podemos divisar en un golpe de vista el Posets, Espadas, picos de la Forqueta y picos de Eriste, nevados durante gran parte del año y por encima de verdes praderas. Pero Viadós (o Biadós, en habla chistabina) también es un curioso conjunto de pequeñas edificaciones agrícolas y prados ganados a la pendiente.
El gran Fernando Biarge habla en "Sobrarbe, letra menuda" de los panares, que define como un paisaje graciosamente aupado en peldaños, faja sobre faja, en ordenada sucesión hasta abarcar una parte importante de la pendiente. Dice constituir un ingente trabajo, casi desmesurado para sus previsibles frutos, realizado en los momentos de mayor presión demográfica de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Como complemento a los prados y panares, sobre todo cuando están muy alejados del núcleo y la temporada de permanencia en ellos es necesariamente larga, se construyen las bordas formando pequeños poblados de vida estacional, muy intensa mientras duran la estancia de los ganados y los trabajos complementarios. Hoy estas prácticas se encuentran en desuso. De ello da buena cuenta el mismo autor en "Piedra sobre Piedra". Sirvan estas líneas para reconocer el trabajo de Fernando Biarge, gran divulgador del patrimonio etnográfico, geológico y agroganadero altoaragonés, que me ha servido de referencia para planificar no pocos viajes por el Pirineo oscense.
Es por ello que el breve paseo que nos conduce del refugio de Viadós hasta la pasarela de madera sobre el río Cinqueta de Añes Cruces se convierte en un relajante placer para nuestros sentidos. Caminamos entre bordas, nos asomamos al interior de alguna de ellas y alucinamos de que edificaciones tan sencillas puedan dar lugar a un conjunto tan armonioso, mientras respiramos aire puro y escuchamos el estruendo de las cercanas aguas desplomándose de poza en poza. Tejados a dos aguas cubiertos de pizarra cuya materia prima es la piedra de la zona y dos plantas para aprovechar el máximo el espacio son las uniformes características de las bordas que forman el singular poblado. Mientras paseamos vemos caminar a buen ritmo a un par de esquiadores con sus tablas al hombro, que nos recuerdan que estamos en el campo base de buen número de excursiones de alta montaña. Os dejo unas fotillos de este nublado domingo de mayo de 2012.
Una vaca nos saluda sorprendida desde su improvisada morada
Bellos colores primaverales saludan el paso de las aguas del caudaloso Cinqueta
Posets y Espadas
Posets, Espadas, Forquetas, Eristes
 
Picos de Eriste
 

Río Cinqueta de Añes Cruces


La mejor vista del conjunto se contempla desde el Refugio de Viadós
FECHA DE LA ACTIVIDAD: 13 de mayo de 2012

jueves, 23 de agosto de 2012

Serveto, Sin, Escuaín: pequeños pero no invisibles

Serveto visto desde Sin, con el macizo de Posets al fondo

Como si del programa de Aragón TV se tratase, visitamos tres pequeños pueblos en nuestro fin de semana primaveral por tierras del Alto Sobrarbe.

Nos situamos en la entrada del valle de Chistau, y más concretamente en la llamada Comuna, a la que llegamos por una serpenteante carretera que va ganando notable altura sobre el cauce del río Cinqueta. Serveto es un pequeño pueblo con bonitas vistas hacia el macizo de Cotiella, tranquilo y silencioso. En el agradable paseo que damos no encontramos más que una persona del lugar y el único sonido que nos acompaña es el del río al fondo y unos balidos de oveja procedentes de un establo. En la placeta una placa del 2011 conmemora el quinto centenario del nacimiento del médico aragonés Miguel Servet, lo cual nos hace pensar si nació en Serveto, pero no, nació en Villanueva de Sigena. Muchos de los tejados son de uralita, los menos son de teja naranja y otros son de moderna imitación a la pizarra.




A un kilómetro de distancia se encuentra Sin. Muchas de sus casas llevan el apellido de la familia a quien perteneció desde hace siglos, tienen una gran tradición arquitectónica y en sus puertas hay carteles explicativos. Paseando por sus calles, de pronto el silencio se ve roto por un enorme bullicio proveniente de la plaza. Después de andar por varias calles desembocamos por fin en ella y encontramos a un numeroso grupo de personas, unas treinta, hablando alegremente en corrillos en la puerta del bar. Es evidente que celebran en este fin de semana su fiesta mayor.



Al descender hacia el valle con el objeto de pernoctar en Plan, nos encontramos con estos amigos al borde de la misma carretera:
 


Como traca final de nuestro fin de semana, tras abandonar Chistau en dirección a Aínsa nos desviamos en Escalona con la intención de visitar una curiosa población, Escuaín. Digo curiosa por su emplazamiento, alejado de núcleos habitados, al norte del Castillo Mayor, que le hace sombra.Y también porque es una de las cuatro puertas de acceso al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y como tal mantiene abierto un pequeño centro de interpretación dedicado a las rapaces y es punto de información, pero esta puerta de acceso es la más desconocida del parque por lo que es fácil imaginar que no tendrá muchos visitantes. Es el único edificio abierto que nos encontramos. Hay un par de casas que se han rehabilitado y suponemos que serán morada de fin de semana, pero entre semana no habrá más habitantes que los numerosos gatos que se asientan sobre los muretes y piedras que se han venido abajo procedentes de edificios que no han resistido el paso del tiempo. Merece la pena acercarnos hasta el río, ya que los conjuntos que forman los muretes y la abundante vegetación son de lo más bucólico.
Lo que más nos sorprende es que normalmente todos los pueblos buscan laderas expuestas al sol para resistir mejor los rigores invernales, pero Escuaín está situado en una zona que en invierno es una umbría. Probablemente sus habitantes acabaron por perder la batalla climatológica y salieron buscando una vida menos dura.



Nos despedimos del Sobrarbe, siempre encantador, con este par de instantáneas:
Macizo de Cotiella. Debajo Puntón de las Brujas, en Tella

Peña Montañesa

FECHA DE LA ACTIVIDAD: 12 y 13 de mayo de 2012

sábado, 18 de agosto de 2012

Alcañiz, mucho más que Motorland

Plaza de España. Torre de la iglesia de Escolapios, Ayuntamiento y Lonja

Saboreando todavía nuestra visita a Calaceite, llegamos a Alcañiz y aparcamos junto al Parador Nacional, antiguo Castillo de Alcañiz. Está en lo alto y tiene una magnífica vista aérea de la ciudad. Parte del Castillo, que fue residencia de los señores de la Orden de Calatrava, se puede visitar independientemente de la zona que ocupa el Parador Nacional.

El río Guadalope y las calles de Alcañiz vistas desde el Castillo

Una vez visitado, descendemos el cerro dando un agradable paseo hacia la iglesia de Santa María la Mayor.
Santa María la Mayor y torre de Escolapios, desde el cerro de Pui Pinos

Antes nos detenemos en la plaza de España, centro neurálgico de Alcañiz, en el que destaca el espectacular conjunto formado por el ayuntamiento y la lonja. El ayuntamiento es un solemne edificio renacentista, cuya fachada está rematada por la típica galería de arcos. A su derecha se encuentra la imponente lonja gótica, que destaca por los tres grandes arcos que dan acceso a un amplio porche. Su fachada también culmina con una galería de arcos renacentistas. Observamos un escudo en el que un ángel que sujeta una caña que da origen al nombre de la localidad.
Detalle de la fachada del ayuntamiento

Galería de arcos renacentistas en la lonja

Precioso conjunto el que forman ayuntamiento y lonja
 
La iglesia de Santa María la Mayor, ex colegiata, es imponente en su aspecto y presencia, basta con decir que es la más grande de la provincia de Teruel. Es del siglo XVIII, barroca con similitudes a la basílica del Pilar y conserva una torre gótica. Entramos y la verdad es que sorprende por sus dimensiones. Alguien está tocando el órgano y es una delicia escucharlo.

Portada de la ex colegiata y detalle de su torre gótica

Salimos de la ex colegiata y caminamos un poco por los alrededores. Descubrimos el palacio renacentista de Ardid. A su lado, el de Mainar, otro bello palacete.
 
 Palacios de Mainar y Ardid

Paseamos por el paseo paralelo al río Guadalope, junto al que encontramos un conjunto de torreones medievales, y ascendemos por las empinadas cuestas hasta el Parador para emprender el regreso a Zaragoza.









FECHA DE LA ACTIVIDAD: 21 de abril de 2012