viernes, 14 de septiembre de 2012

Faja de las Flores: paseo por las alturas en compañía de sarrios y Edelweiss

Un grupo de sarrios frente a las paredes de la Fraucata

Hacía varios veranos que teníamos entre nuestros planes visitar la emblemática Faja de las Flores. Pero desde que estuvieron hace un par de años nuestros amigos de Atracción del Vacío y después de haber visto su reseña, la posibilidad se había convertido en urgencia. Así que nos plantamos en el parking de Torla un 31 de julio con la idea de tomar el autobús que durante el verano y los puentes de otoño es la única manera posible de acceder a la pradera de Ordesa. En el autobús hay menos viajeros de los que imaginábamos para estar en pleno verano, pero entre ellos nos sorprende ver un grupito de rusos. Al contarle la anécdota a un buen amigo, me dijo éste si no creerían estar camino de Odessa, en lugar de Ordesa.
El Tozal del Mallo preside el conjunto de paredes del circo de Carriata

Una vez en la pradera, retrocedemos por la carretera unos 500 metros para tomar la senda que asciende por un tupido bosque mediterráneo hacia Carriata. La pendiente es considerable sobre todo al principio. Al cabo de una hora llegamos al desvío que marca el inicio de la Faja Racón (o Racún, parece que hay diversidad de toponimias), pero nosotros seguiremos camino a Carriata. Media hora después la decisión a tomar será optar entre las Clavijas de Carriata o el paso de la Fajeta. Elegimos esta última opción, se trata de un paso horizontal y aéreo con vistas a un gran patio, un camino no muy ancho pero lo suficiente para superarlo andando sin apuros. Además hay una sirga a la que poder agarrarse. Después del paso tendremos una sucesión de entretenidas trepadas hasta salir a una zona amplia desde la que podremos elegir entre seguir nuestro camino hacia la Faja de las Flores o acercarnos al Tozal del Mallo. Como sólo son treinta minutos de propina (otros tantos de vuelta) y las vistas son espléndidas desde su cima, la elección está clara. Atravesamos el curioso istmo que nos separa de la cumbre y allí admiramos a vista de pájaro la pradera de Ordesa, la Senda de los Cazadores y los impresionantes paredones que hemos superado en nuestra ascensión. La visibilidad por la mañana no está siendo buena, incluso llegamos a oir un par de truenos aislados a lo lejos. Pero las nubes, que nos proporcionarán buenos ratos de sombra que agradeceremos, no irán a más y a partir de mediatarde los cielos quedarán bastante limpios.
Curioso istmo que se atraviesa antes de llegar al Tozal del Mallo

Las dos posibilidades para superar las paredes de Carriata: clavijas o fajeta

Valle de Ordesa visto desde la cumbre de Tozal del Mallo

De vuelta a nuestro gran objetivo retornamos a la bifurcación descrita anteriormente y comenzamos a ascender por la senda que trepa entre prados ganando buen desnivel hasta la entrada a Salarons. En este punto se accede a la Faja de las Flores, que discurre en algunos tramos casi extraplomada, con buenos vivacs, y en otros algo aérea pero siempre con una anchura más que suficiente que evita la sensación de vértigo en todo momento. Nos extraña cruzarnos apenas con un par de grupos en toda la excursión dada la fama de este paraje. Permanece en nosotros la sensación de que parece mentira que siempre haya un ancho camino en un recorrido tan largo y tan plano, libre de obstáculos naturales. Nos sentimos como pájaros sobrevolando cientos de metros de altura y concluimos que Ordesa podrá gustar más o menos, pero como Ordesa no hay nada, al menos en nuestro querido Pirineo. Admiramos el encajonado valle del Arazas, la vecina Faja de Pelay, las paredes de la Fraucata. Aunque ya nos habíamos encontrado numerosos ejemplares cerca del paso de la Fajeta y en otros puntos de la excursión, en el tramo final de la Faja la abundancia de la flor de nieve o Edelweiss en esta época del año es abrumadora. Al poco de dar vista a las Tres Sorores y la cuenca alta de Cotatuero, empezamos a avistar numerosos grupos de sarrios, a los que podemos acercarnos prudentemente sin que se espanten.
Recuperamos el camino a la Faja de las Flores tras volver del Tozal del Mallo

Umbral de Salarons bajo la presencia de Mondarruego

Ya en la Faja de las Flores. Inverosímil camino natural


Uno de los dos grupos con los que nos cruzamos en todo el camino

Vista atrás hacia Otal, Tendeñera y Mondarruego

Pueyo Mondicieto, Peña Montañesa y Mondoto


A vista de pájaro sobre el Arazas
Espectaculares las paredes de la Fraucata

Al final de la faja se avistan las Tres Sorores

Flor de nieve o Edelweiss

Cilindro, Perdido y Soum de Ramond. Barranco de Millaris

La excursión ya ha sido larga hasta aquí, pero como no nos vemos suficientemente sueltos como para retornar por las clavijas de Cotatuero, nos planteamos hacer una semicircular para evitar tener que volver por el mismo camino de ida. Iremos girando en sentido opuesto a las agujas del reloj con vistas hacia la Brecha de Roland, Taillon y Gabietos hasta coronar el Collado de la Catuarta. Después bajaremos hacia el Umbral de Salarons hasta recuperar el camino de la ida.

Taillon, Falsa Brecha, Brecha de Roland

Abundante presencia de sarrios entre el final de la Faja de las Flores y el collado de la Catuarta

Monte Perdido desde el Collado de la Catuarta

Casco, Torre de Marboré, Cilindro

Deda, Falsa Brecha y Bazillac


Es final de julio, hace calor y llevamos un año hidrológico inusualmente seco en gran parte del Pirineo. Se trata de una zona caliza que filtra gran parte de las aguas, con lo que no podremos beber más agua que la que traemos de casa. En Salarons hay unos meandros, pero el agua parece tan estancada que no nos atrevemos a beber de ella. El descenso se hará largo y cuando llegamos al fondo del valle del río Arazas me lanzo a sus aguas para reponer las cantimploras. Han sido once horas y media de larga y deshidratada excursión, pero con imágenes en nuestras retinas que compensan sobradamente cualquier esfuerzo.

Aguas Tuertas de Salarons. Al fondo, Gabieto


FECHA DE LA ACTIVIDAD: 31 de julio de 2012